Cuando un estudio profesional revela las vulnerabilidades de un espacio, contemplando su contexto y las necesidades de habitabilidad o actividad laboral, podemos detectar qué tecnologías son las más adecuadas y planificar la forma en la que se gestionan. Y si se da la circunstancia de que son varias las soluciones, nos encargamos de configurar cada sistema de seguridad para que se coordine con el resto de redes y con la intervención humana.

La clave del éxito para poder garantizar la seguridad de dicho espacio reside precisamente en la combinación de experiencia y tecnología para no dejar ningún punto desprotegido y al mismo tiempo no ser percibido.